miércoles, 27 de agosto de 2008

Tachame la doble


Bueno, a los que esperaban por Nequi, acá está. Tarde pero seguro, me tomé unas semanitas para rascarme panza arriba y disfrutar de la vida como merezco. Sin embargo, tuve que soportar un trago amargo una noche de viernes, como paso a contarles.
Había decidido ir con Bartolo a comer algo rico por San Telmo. Me acordé entonces de Burzako, un restó muy bonito que se especializa en cocina vasca. Pocas mesas, luz tenue y una copita de Patxarán solían ser la marca registrada del lugar. Pero hete aquí que llegamos y, si bien las mesas y la luz seguían siendo escasas, lo era también la atención. 25 minutos de espera a pico seco, para que finalmente nos armaran un lugarcito pegados a una viga que poco contribuía a la comodidad que uno necesita para entrarle a un pulpo. 15 minutos más para que el mozo nos tomara la orden y otros 15 para que trajera los boquerones que pedimos de entrada. Sin contar que se equivocaron nuestros platos, les sirvieron el pedido a un par de infelices que comieron lo ajeno sin decir ni mú y nos quisieron conformar con dos fetas de queso de máquina y otras dos de jamón crudo. En fin...
Ni que decir de la tarta de manzana con zanahoria rallada de Mamá Racha que le sirvieron a Marta Paste el día que decidimos tomar juntas el té y que nos costó $19 la porción.
Para redondear: hay que ir a lo seguro. Café con leche con tres medias lunas en Varela, Varelita o un un menú de $20 y comé a reventar, comé.

1 comentario:

Marta Paste dijo...

Yo. con usté, me como la zanahoria. Yastá, lo dije.